Dado que siempre he sido yo persona de un marcado carácter observador, podría confeccionar, sin despeinarme, un extenso catálogo sobre lo que se estila actualmente con respecto a las buenas o malas maneras de la ciudadanía en su día a día. Para ello es necesario seleccionar un entorno que nos sea común y reconocible a todos y todas: el supermercado y/o sus variantes, ese entorno que me fascina desde siempre. El supermercado es un establecimiento tremendamente generoso. Te regala momentazos simplemente porque sí. A cambio solo tienes que comprar, pero basta un paquete de arroz para convertirte en cliente, y ser así testigo deLEER MÁS