Me pregunto constantemente qué narices hago con un blog ahora que ya no se llevan. No están de moda porque todo se ha reducido al ya, al aquí y a un menor esfuerzo por parte del receptor. Los vídeos de Youtube pasan a ser montajes de sesenta segundos en forma de nueva red social llamada Tik Tok; los programas de radio se hacen a la carta para escucharlos cuando quieras a modo de podcasts y las columnas de opinión se han cambiado por los tweets. Pues ante un panorama así, hace cuatro años comencé este blog sin importarme un pepino cómo estaba el mercado lector.LEER MÁS

No hay nada como crear un personaje basado en ti para ejercer un completo dominio sobre algo. Tuya será su imagen, de ti dependerá su identidad, su gracia, la virtud de gustar o el desafío de incordiar. Y siempre moldeándolo a tu antojo y conveniencia sin rendirle cuentas a nadie. Cierto es que poco tengo que reajustar en el traspaso de mí misma a Mala -siempre seré una dramas de la vida como ella- pero es hora de concretar datos y puntualizar informaciones. Para empezar, no luzco tan joven ni estoy tan buena como en las ilustraciones. Mis limitadas dotes para el dibujo me empujaronLEER MÁS