Por puro clamor popular he decidido de una vez por todas ahondar en una cuestión que hasta ahora no había tratado: el fútbol.

Sus dimensiones faraónicas, con cientos de subtemas imposibles de comprimir en un humilde texto como este provocarán el comienzo de una nueva serie en el blog dedicado a esta materia.

Comencemos hoy con uno de sus vértices fundamentales: LOS FUTBOLISTAS.

Son, evidentemente, una de las partes más atractivas de este imperio. No en vano, cuestan mucho dinero, producen mucho dinero y ganan mucho dinero. Obviamente, son fuente de admiración y de devoción. Muy bien, ningún problema al respecto.

Lo único que me crispa es que hoy en día no son venerados por ser unos fenómenos en el terreno de juego, sino que sospecho que la mayoría de ellos están endiosados a pesar de mostrar a destajo su incultura, su opulencia y su vida hortera. Y eso me apena, francamente.

Que sí, que generalizar está mal. ¡ Está fatal!, pero aun así, lo haré.

No me negaréis que no reconocéis estos factores comunes en muchísimos de ellos:

-SU LOOK: Van todos iguales, parecen que vienen de un colegio de pago. CORTE DE PELO: rapado en la nuca, tupé engominado con raya al lado, aliñado con cemento cola para aguantar noventa minutos impecable. Puede que meta un gol en propia puerta, pero a repeinado no le gana nadie.

TATUAJES: Absolutamente obligatorios. Sin ellos no va ni a la selección. Si no quiere chupar banquillo, el tattoo es su mejor amigo. Desde la muñeca al sobaco, de la ingle al tobillo. Imprescindible: el nombre de su madre. Los legionarios marcaron un antes y un después.

–CHULERÍA BAJANDO DEL BUS CUANDO LLEGAN AL ESTADIO: Ataviados con los auriculares de David Guetta, descienden las escaleras del bus como si fuesen emperadores romanos. Mirada perdida en el horizonte por la autoconcentración, manos en los bolsillos y actitud de perdonavidas.

Imprescindible: el neceser marrón bajo el brazo; bien de Gucci, bien de Louis Vuitton. No sé cómo no se hacen un lío en el vestuario. Más de una vez el delantero se ha llevado para casa el neceser del portero.

–VESTIMENTA FUERA DEL CAMPO: Remito al lector o lectora a que vea un programa de Chonis, Chonos y Viceversa. Memoricen lo que lleva puesto cualquier concursante masculino y voilà!

Contrariamente a esta bazofia visual y estética, desde aquí aprovecho la coyuntura para felicitar a Josep Guardiola y a sus abrigos de corte impecable. Gracias. Se agradece la clase.

–TODOTERRENOS PARA IR A ENTRENAR: Aunque parezca mentira, no son especialmente fanfarrones y por eso no llevan el Lamborghini al entreno. En su lugar, salen de las instalaciones con unos tanques que parecen los de Tiananmen. La diferencia es que en esa ocasión había una persona inteligente cortándoles el paso, y en el de los futbolistas, una panda de borregos. Igualito.

–TIENEN QUINIENTOS HIJOS: Con tan solo 26 años ya tienen cinco hijos. ¡Ah! ¿Y se llaman Marta, Diego y Pablo? ¡Pero qué dices, loca! ¿Cómo van a hacerle eso a un hijo? Su antropónimo será el de un topónimo. Vamos, que le ponen al nene o a la nena el nombre de la ciudad en donde ha sido concebido/a. Por ejemplo: Dubrovnik, Liechtenstein o Reykjavic…o sea, ideal para que lo pronuncie la abuela.

¿Y si copulan en Patatales del Cogodillo Viejo, qué? Ahí no estarán en la vida, no os preocupéis.

-NOVIAS QUE HACEN POSADOS EN EL HOLA: Tienen dos tipos de novia: las modelos o la novia de su pueblo. En este caso, en las revistas pondrán “Fulanito paseando con Mari Puri, SU NOVIA DE TODA LA VIDA”. Y un día, en la pelu, lees en el Hola: “Mari Puri nos presenta en exclusiva las tendencias de primavera”. Y luego ya, en pie de foto ponen: “Fulanito sale con Mari Puri desde el colegio. Es su novia de toda la vida”.

Sí. Nos ha quedado claro. El futbolista tiene un corazón de oro porque en vez de irse por ahí con una modelo rusa, se ha quedado con una chica normalita de su cole. ¡Qué buena persona!

–¿HUMILDAD? ¿QUÉ ES ESO?: ¡Cachis! Al chaval hoy lo han pillado de mal humor en la rueda de prensa. Está harto del banquillo y no puede entender que después de quince años siendo titular ahora le toca calentar asiento, y en su puesto hay un yogurín de 19 años. Se avecina tormenta en el club y cuarenta y cinco minutos de la noticia en el telediario.

Y ojo, queridos y queridas, que aquí llega el baremo para saber si un jugador mola o no:

–CASI TODOS SON INVITADOS AL PROGRAMA DE BERTÍN OSBORNE: Qué maravilla. Por fin un espacio en el que se mostrarán relajados. No es para menos. Bertín es tan campechano y humilde como ellos, y como la capacidad intelectual es más o menos la misma, se suelen llevar a las mil maravillas. Siempre habrá un momento lacrimógeno en el que la estrella del programa llore. Puede que el futbolista también.

Hasta aquí el capítulo de hoy. La serie volverá pronto y con más enjundia todavía.

¿Es eso posible? ¡Por supuesto!

¡Con Mala nunca se deja de soñar!