Las pastillitas de la vergüenza
Existen las pastillas para la tos, para el dolor de cabeza, para el colesterol y para la hipertensión. Prosigamos: para el hierro bajo, para el sodio alto, para las alergias en primavera, para la diarrea o para la astricción. Continuemos: para ponerse moreno, para ser un tigre en la cama, para controlar la natalidad, para la cistitis y la mala circulación. Y luego están las otras pastillas. Esas que en boca de nuestras abuelas se denominan “pastillas para los nervios”: frase de cuatro palabras apta para que las abuelas y media España designen a una amplia variedad de comprimidos cuyos principios activos intentar tratar distintasLEER MÁS
