Ya que han opinado sobre el asunto desde filósofos hasta peluqueros, desde intérpretes de gestualidad facial hasta carpinteros, ginecólogas, fruteros y conductores de autobús; he pensado que por qué no yo. ¿Por qué no regalaros mi opinión sobre el tema estrella de este inicio de primavera? Sí, es ese tema. Lo del bofetón de Will Smith en la gala de los Óscar. En el fondo, una lástima. Con lo que me gusta el cine y menuda cuesta abajo sin límites que están tomando esos premios; cada vez más facilones, más convencionales y más cutres. Y esto último sí que me extraña, porque puedes culpar deLEER MÁS

El pasado mes de septiembre, en ese glamuroso Festival de Cine de Venecia, el estupendísimo actor y guapérrimo hombre, Oscar Isaac; y la talentosísima y esplendorosa actriz Jessica Chastain causaron un revuelo de lo más inesperado. Al menos, para mí. No entendí tanto puritanismo y sigo sin entenderlo. El asunto era tan simple como acudir juntos a promocionar un trabajo, con todo lo que eso conlleva: alfombra roja, posar en pareja, lucir divinos. Hasta aquí, todo comprensible y esperable. El quid de la cuestión llegó la noche del estreno, cuando aparecieron ante los fotógrafos vestidos de gala. Madre mía, qué envidia daba verlos. Él, ajustandoLEER MÁS

  ¿Un influencer insoportable que gana millones con tan solo 19 años? ¿Un vigilante de la zona azul que te pone la multa según te acercas al coche? ¿Un dentista psicokiller que te deja la endodoncia mal rematada? Podría ser. Pero no tengo tanto odio para repartir, así que centrémonos en los NUTRICIONISTAS. Para ello, acudiré a mi historia personal con este gremio; idilio fugaz como un helado en el día más caluroso del año. Todo comenzó cuando acudí a mi médico de cabecera para ver qué ocurría con unos profusos sudores nocturnos, acompañados de tembleques y de pesadillas. Tras unos análisis de sangre, meLEER MÁS

  Habiendo dejado pasar un tiempo prudencial para que el guirigay de las luces navideñas remitiera, el fin de semana pasado mi Costillo y yo fuimos a tomar un refrigerio a un garito de una ciudad que antiguamente era industrial y ahora se dedica a expectorar destellos y purpurinas. Terminadas las viandas y el café, ya en la calle concluimos que, vayamos adonde vayamos, acabamos comprando algo. “¡Se acabaron los vicios! -digo yo-. Elijamos un sitio donde no haya que gastar”. “¡Entonces vamos al centro comercial nuevo!” -responde mi Costi; siempre práctico y resolutivo. Efectivamente, un espacio creado única y exclusivamente para incitar al consumo,LEER MÁS

  (“Jamás contada” porque la gente tiene mejores cosas que hacer que hablar de estas chorradas. Pero para eso estoy yo, amigas y amigos). Comencemos, pues. En muchas de las sobremesas que paso con mi suegra suele salir un tema que tiene su enjundia: el de tu alma gemela. Y no me refiero a tu alma gemela jugando al mus o a tu alma gemela para ir de viaje; no. Tu alma gemela en eso del amor. A mi suegra, este tipo de historias le fascinan. Ella cree en el flechazo, en tu media naranja, en el enamoramiento imantado que hace que uno esté enLEER MÁS

  Hace unas semanas di con un video (prefiero no comentar los motivos que me llevaron a él) que me dejó una sensación de lo más perturbadora. Una chica jovencísima de unos veinte años se quejaba de lo aburrido que era el mes de noviembre, ya que no cuenta con ninguna fecha para celebrar. Como si fuese una laguna de aburrimiento que enlaza dos de las fiestas más importantes del año, Halloween y Navidades, de este mes solo salvaba el Día de Acción de Gracias porque, según sus palabras, nos marca a todos el inicio oficial del periodo navideño. Yo, amante del faranduleo, sabía aLEER MÁS

  Unas mentes pensantes, lo más probable unos señores que van de concienciados y sensibles, decidieron que ya está bien, que ellos tienen su corazoncito y que ya era hora de mostrar en el mundo de la moda, redes sociales y mass media a mujeres gordas, a señoras que no se tiñen las canas, que no tapan sus pecas y que lucen su cicatriz de la cesárea. Las han llamado MUJERES REALES. Con dos bemoles. Claro, nosotras somos las reales en contraposición de las otras, unas diosas a las que no nos queda otro remedio que rendirles culto y tenerles envidia. Encima, les damos unLEER MÁS

  Últimamente he tenido que vivir una serie de escenas grotescas que me han hecho autorreafirmarme en mi teoría sobre el nerviosismo generalizado. Es como si se hubiese implantado un nuevo concepto de la paciencia pero sin paciencia. Ahora mismo en la calle se montan verdaderas trifulcas por tener que esperar unos minutos o porque la frutera carece de visión infrarroja para predecir que un calabacín estaba pocho por dentro. El nuevo hit es ir montando un pollo por verdaderas chorradas. Andamos todos bastante nerviositos. Aunque lo más curioso es que sacamos a relucir esta cólera con asuntos totalmente idiotas: en las colas del súper,LEER MÁS

  Me sube la fiebre cada vez que escucho o leo una estupidez del estilo “En la vida todo se consigue si trabajas duro”, “Nunca renuncies a tu sueño”, “Sé perseverante y podrás alcanzar lo que te propongas”. Va a ser que no. Es la mayor patraña que se ha dicho nunca. Hortera y ñoña, suele formar parte del corpus literario de autores como Paulo Coelho o cualquier becario que esté trabajando en las oficinas de Mr. Wonderful. También es un forracarpetas, una frase para tazas de café con leche que acaban siendo lapiceros, un motivo para dar los buenos días en Facebook y enLEER MÁS

De la paciente sufridora de “No tienes hijos y no tiene ni p**a idea de lo difícil que es educarlos”, “El día que tengas hijos, me avisas, listilla” y “Si aparco el coche en la puerta del colegio es porque no tienes ni pajolera de lo que es tener hijos”… Nace un nuevo estudio, perfectamente perimetrado, cotejado y basado en sensaciones personales, tan valiosas como las de otro ser humano, incluso aunque este ser humano tenga hijos. Hace unos días, inmersa en mi actividad favorita, a saber, observar costumbres ajenas, pude contemplar a una familia con un hijo de unos seis años jugando con elLEER MÁS